martes, 12 de octubre de 2010

CAPSULA DEL TIEMPO

DESFILE DEL 16 DE SEPTIEMBRE. Alguien dijo que el desfile que tuvo lugar el pasado jueves, fue el “primero” que se realizaba en Jerez para conmemorar la independencia. Y lo repitió varias veces. Es lo malo de soltarle los micrófonos a cualquier güey que por sentir que tiene bonita voz ya se las sabe de todas todas y no tiene ni un poquito de cultura general.
Tal vez estuviera en lo correcto el locutorcillo de marras si dijera que “era el primero del siglo XXI”. Porque si nos remontamos en el tiempo, encontramos que antes, las Fiestas Patrias que se realizaban en nuestra ciudad eran de gran calidad y hasta competían con las fiestas de abril. A mí me tocó todavía participar en los desfiles conmemorativos del 16 de septiembre, en mis años de párvulo.
Por cierto, en este desfile se apreciaron varias cosas que hablan bien de los que participaron en él: La voluntad ante todo, el deseo de colaborar bien con la naciente administración. No hubo tiempo de organizarlo con interminables juntas a las que nadie asistía (como las de los anteriores desfiles). No hubo tiempo de hacer costosos carteles ni gastar lo que no se tiene para darle más realce. No hubo nadita de voluntad de la anterior administración para ayudar a que saliera bien este evento. Sin embargo, la participación de instituciones educativas y sociales fue magnífica.
Volviendo a los errores, muy repetitiva ha sonado en estos días la palambra “embestidura”, que por desgracia conductores de televisión usaron así para referirse al acto en que Miguel Alonso y también Lalo López tomaron posesión de sus cargos. Embestir se refiere a acometer, a atacar y su usa comunmente cuando un toro ataca. Lo correcto es “Investidura” que es el carácter que se adquiere con la toma de posesión de ciertos cargos. El Presidente Municipal está “Investido”, no “embestido”, porque eso sugeriría a que el toro se lo cogiese y le causase daños…
En la noche del grito, el profesor Guillermo Rodríguez Pérez ofrecía semblanzas de la independencia, y mencionó por dos ocasiones el apelativo de “Callejas” (con S al último). Quiero creer que al profe Memo se le colaran esas S por la emoción, ya que se refería a Félix María Calleja del Rey Bruder Losada Campaño y Montero de Espinosa. Las callejas son las de mi rancho…
CAPSULAS DEL TIEMPO. Una cápsula o caja del tiempo, es un recipiente hermético en el que se depositan documentos, fotos, objetos que se desean sean abiertos en determinada época futura. Rememoro esto, porque leí hoy que Miguel Alonso abrió la cápsula del tiempo que fue colocada hace 100 años cuando se erigió la efigie de la Victoria Alada en la Plaza de Villarreal, allá en Zacatecas.
Cuenta la reseña que esa caja contenía informes de gobierno del siglo XIX, un retrato del gobernador Francisco de P. Zárate, otro de Miguel Velázquez de León constructor del monumento, copias de los periódicos de circulación local como “La Unión”, “El Jococón”, un plano de la ciudad de Zacatecas en 1910, timbres postales y otras cosas. Apelo a la buena disposición del cronista de Zacatecas, Manuelito González Ramírez, así como de Bernardo del Hoyo, que posiblemente puedan copiar ese material y me faciliten algo del mismo.
El mandatario estatal, en presencia de los titulares de los poderes Legislativo y Judicial, acompañado también de personal militar, depositó una caja de acero inoxidable, destinada a los zacatecanos de 2110. Esa urna contiene cuatro ejemplares de los diarios Imagen, Sol, NTR y Página 24; varios discos de la Banda de Música del Estado, una familia de billetes, una agenda cultural, un programa del Festival Internacional de Teatro de Calle, un mensaje del gobernador, una carta del Obispo y más objetos.
También en Chalchihuites, el alcalde Alfonso Estrada Hernández enterró una caja del tiempo al lado del monumento del jardín Independencia. Esta caja contiene la fotografía oficial del Ayuntamiento 2010-2013, un disco compacto con fotografías de los monumentos importantes del municipio, monedas conmemorativas del Bicentenario y un ejemplar del periódico Imagen.
En Jerez, nunca se le dio la importancia a los festejos del Bicentenario, como oportunamente predije, ya que la administración encauzó toda su atención y recursos del municipio en la continuidad política, que afortunadamente no se dió. Se hubiera podido gestionar para bajar programas de las instancias federales encargadas de eso. Había dinero, solo era cosa de estructurar un buen proyecto, con objetivos bien definidos y tocar las puertas de las dependencias federales.
Sé de la existencia de al menos dos cajas del tiempo, llamadas también “piedra del tesoro”, que están en edificios de Jerez, pero como hemos ido perdiendo nuestra identidad histórica nadie se acordó de ellas. Sería bastante emotivo el abrirlas y poder enriquecer la historia jerezana con los documentos, fotos u objetos que en ellas hubiera. Y sería emotivo también el preparar una caja del tiempo, enterrarla junto a algún edificio emblemático para dejar constancia de nuestro paso. Recuerdo que hace poco los alumnos del Tecnológico de Jerez estaban organizándose para enterrar una cápsula del tiempo. No supe si al final realizaron su empeño. ¡Ah! No me pregunten donde están esas “piedras del tesoro”. Están perfectamente datadas en la historia, y es el cronista quien debe dar la información adecuada.

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